Rusia habría cometido crímenes de lesa humanidad con ataques de drones contra civiles en Jersón, según informe de la ONU

Las fuerzas armadas rusas han cometido asesinatos de civiles como crímenes contra la humanidad utilizando drones, concluye la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania en un nuevo informe .
Desde julio de 2024, las fuerzas rusas han matado y herido repetidamente a civiles en una zona que se extiende a lo largo de más de 100 kilómetros a lo largo de la margen derecha del río Dniéper, en la provincia de Jersón. Los ataques con drones han sido generalizados, sistemáticos y se han llevado a cabo como parte de una política estatal coordinada, según el informe.
Los ataques siguieron un patrón regular y el mismo modus operandi, lo que demuestra que fueron planeados, dirigidos y organizados. No hay información que sugiera que las autoridades militares y civiles rusas hayan tomado medidas para prevenir o detener la comisión de los crímenes.
Casi 150 civiles han muerto y cientos más han resultado heridos como consecuencia de los ataques con drones en la ciudad de Jersón y 16 localidades de las zonas controladas por Ucrania, según fuentes oficiales. Las víctimas fueron hombres, mujeres y niños, en su mayoría hombres. Los civiles fueron atacados en diversas circunstancias, al salir a realizar sus actividades cotidianas, ya sea a pie o en cualquier tipo de vehículo.
Los operadores de drones utilizaron transmisiones de video en tiempo real de las cámaras integradas en los drones, enfocaron objetivos visiblemente civiles y lanzaron explosivos sobre ellos. Cientos de estas transmisiones de video se han difundido regularmente en los canales rusos de Telegram, algunos con miles de suscriptores, mostrando los crímenes, así como mensajes de texto anunciando nuevos ataques.
Las ambulancias, que gozan de protección especial según el derecho internacional, han sido atacadas por drones para impedirles llegar a las víctimas previamente atacadas. Algunas de estas víctimas han fallecido por no haber sido trasladadas a tiempo a un centro médico. Un hombre de 45 años de la aldea de Stanislav relató que, en noviembre de 2024, un dron dejó caer un explosivo cerca de él mientras conducía una motocicleta, causándole graves lesiones en la pierna. Llegó una ambulancia y, mientras recibía primeros auxilios, un dron dejó caer dos explosivos sobre la ambulancia.
El uso de drones contra civiles y bienes de carácter civil constituye una violación del principio fundamental del derecho internacional humanitario, según el cual los ataques solo pueden dirigirse contra bienes militares. Las pruebas recabadas demuestran fehacientemente que los autores pretendían llevar a cabo estos actos. Por consiguiente, la Comisión concluye que las fuerzas armadas rusas cometieron el crimen de guerra de dirigir intencionalmente ataques contra civiles en la provincia de Jersón. Asimismo, considera que la publicación de vídeos de civiles muertos y heridos constituye el crimen de guerra de atentado contra la dignidad personal.
La población civil de las zonas afectadas por los ataques con drones vive en constante temor. Los residentes se arriesgan cada vez que salen, por temor a ser atacados por drones. Muchos esperan a que los días estén nublados para salir o buscan refugio bajo los árboles, siempre que es posible. El miedo se intensifica con los frecuentes mensajes publicados en Telegram, como «Salgan de la ciudad antes de que caigan las hojas, ustedes que están destinados a morir».
Las circunstancias de los ataques, los vídeos y los mensajes de texto explícitamente amenazantes demuestran que las fuerzas armadas rusas y quienes las apoyan han cometido actos o amenazas de violencia con el objetivo principal de sembrar el terror entre la población civil, en violación del derecho internacional humanitario. Refiriéndose a los soldados rusos, un alto cargo sanitario de un hospital de Jersón declaró: «Simplemente persiguen y cazan a civiles que van al trabajo o pasean a sus perros. Lanzan explosivos desde drones como si fuera un videojuego».
La escala e intensidad de los ataques con aviones no tripulados contra civiles y bienes civiles, así como la destrucción de viviendas e infraestructura básica, los ataques contra todos los medios de transporte y los ataques contra los servicios de emergencia y rescate, han dejado las zonas afectadas inhabitables y a muchos residentes sin otra opción que huir.
Los recurrentes ataques con drones, la amplia difusión de los vídeos que los muestran y las numerosas publicaciones que instan explícitamente a la población a abandonar el lugar sugieren una política estatal coordinada por parte de las autoridades rusas para obligar a la población de la provincia de Jersón a abandonar la zona. Por lo tanto, la Comisión concluye que las fuerzas armadas rusas podrían haber cometido el crimen de lesa humanidad de traslado forzoso de población.
La Comisión examinó más de 300 vídeos de ataques disponibles públicamente y más de 600 mensajes de texto en canales de Telegram y, cuando fue posible, identificó a las víctimas de estos ataques. Entrevistó a 91 personas de las zonas afectadas por los ataques con drones, entre ellas víctimas, testigos, autoridades locales y personal médico. (ONU)